domingo, 3 de mayo de 2015

La integración postural como camino de vuelta a casa




Aclaraciones previas: "Los conceptos no pueden asir las cosas, son resbaladizas.   Queremos hablar de la unión mente cuerpo para dar a entender la integración, y en el acto mismo de representar, ya la estamos dividiendo, reduciendo ¿Pero qué vamos a hacer? Estas palabras son un intento de expresar lo inexpresable en palabras, el trabajo desde la “Unidad Psique-Cuerpo”, que es una sola cosa hasta el momento en que le queremos poner palabras. 

Una de las posibles rutas del trabajo psique-corporal es el trabajo sobre la postura. Consideremos postura como un estado corporal, emocional, mental y social dinámico, que puede estar en un equilibrio más o menos adecuado al desarrollo del potencial de ser uno mismo de una persona.

Partiendo de la base de que la separación entre lo mental, emocional, corporal, y incluso social, es una construcción de occidente, producto de un desarrollo cultural y histórico, expresado y sistematizado con el “pienso y luego existo” de Descartes (1), podemos abrirnos con más comodidad a la idea de pensar el trabajo sobre lo postural como un trabajo sobre toda la persona. Es por esto que planteamos el concepto  de “Unidad Psique-cuerpo” entendiéndolo como un sistema total en el que no hay separación entre lo que damos en llamar mente, cuerpo y emoción, sin poder dejar por fuera de esto lo social.

Planteo entonces un proceso de transformación de la persona desde el trabajo sobre la postura, en el que el practicante va habilitando al "cuerpo" a un volver al diseño postural más orgánico posible para su situación de vida. Esto va a tener un impacto lento pero profundo sobre su capacidad de disfrutar, de pararse frente al mundo en forma abierta pero asertiva, de adecuarse a las cambiantes situaciones vitales de la forma más adecuada, de darse cuenta de qué es lo importante para él o ella, en definitiva de estar más en paz, de ser más feliz, más sano y de poder desarrollar un sentido de vida más profundo para sí.

¿Cómo se realiza este trabajo? La primera dimensión es la más obvia y conocida. Es la dimensión del trabajo musculo-esquelético-visceral. No me extenderé en esto pues ya hay mucho escrito al respecto. Sólo decir que se trata de una dimensión del trabajo necesaria, pero incompleta (2).


Otra esfera es el trabajo sobre los patrones profundos de hábito del practicante. Este trabajo presenta algunas particularidades. En primer lugar, y hasta cierto punto, los patrones más profundos de la persona, lo que llamaremos  "Patrones de base", son difíciles de cambiar, pues constituyen la identidad más básica de la persona, y desde la cual lee e interactúa con el mundo. Pueden si conocerse y aprender a vivir mejor con ellos, darles opciones y espacios más adecuados a una vida satisfactoria, y finalmente usarlos como materia prima para una transformación más profunda que va más allá del trabajo con lo egoico. Pero que nadie se asuste, en general esto sucede después de mucho tiempo de trabajo, cuando la persona está preparada.

En lo que respecta a los cambios sobre los patrones de hábito postural profundos que se pueden cambiar más fácilmente, hasta cierto punto tales cambios no pueden darse sin una ayuda externa que permita encontrar una alternativa al patrón, pues no se puede cambiar un patrón desde adentro del patrón( esto es en principio, pues se están investigando algunas posibilidades de que se pueda avanzar en esto sin tanta ayuda). Es ahí donde entra la figura del facilitador, y la relevancia de los aparatos de pilates no como máquinas para hacer ejercicio, sino como máquinas para pensar patrones de hábito.

En cuanto a la metodología, menciono por arriba la particularidad de la misma. Primero se desactiva, y después se propone. Años de trabajo me han llevado hasta aquí. Si queremos ayudar a que una persona cambie, precisamos que su patrón de tono se desactive, porque sino va a estar haciendo lo único que sabe hacer: su patrón de hábito y cuanto más se esfuerza, más  fuerte se expresará el mismo, y ya no habrá nada que hacer.

Ahora bien, la desactivación es corpo-emocional, (recordemos la "Unidad Psique-Cuerpo",  la asociación entre lo mental y lo corporal) se trata de una des-activación global del estado emocional, corporal, mental, y hasta social (si  no se siente cómoda no ocurre) de la persona, de forma tal que sus patrones de activación puedan relajarse sin llegar a colapsar. 

Es ahí, y recién ahí que el facilitador puede proponer un nuevo patrón postural más armónico, integrado, y sano, que con el correr del tiempo, en un proceso de repeticiones, de recableado cerebral, configurando nuevas sinapsis cerebrales, se va a instalar en la persona.

Otro aspecto a considerar es el emocional. Somos seres emocionales, y la emoción desde este punto de vista es "cuerpo", es una configuración total del cuerpo. Las emociones no se manifiestan en un espacio etéreo, sino en el cuerpo. Lo importante es que son un aspecto central del sistema mente-cuerpo-emoción-sociedad (que es separado aquí por cuestiones de análisis) y han de ser tenidas en cuenta a la hora de trabajar con el alumno/paciente.

Sumando a esto, al trabajar lo emocional desde un encare corporal, puede ser muy valioso darle un encuadre de afinamiento postural, pues le va a dar una referencia clara a la persona, un encuadre. Por ejemplo,  al momento de soltar el diafragma, con las sensaciones y emociones que esto  puede despertar, el soporte sin tensión creado por la referencia postural representa un anclaje claro que vuelve más seguro y más potente tal trabajo corpo-emocional.

Considerando a la persona como una totalidad, esta forma de trabajo accede a esa totalidad desde la “Unidad Psique-Cuerpo”, habilitando transformaciones en todas las áreas de la vida de la persona. Esto sucede con toda disciplina que encara al ser desde un ángulo , afectando a todos los demás, o mejor expresado, afectando al sistema como un todo.

Este proceso lleva tiempo, pero tiene un valor inmenso, pues va a transformar a la persona entera hacia una vida más plena, sana, e integrada.






[1] Hablar del proceso por el cual se separa mente y cuerpo en occidente es muy complejo y no es la idea de este trabajo. Sólo decir que Descartes fue el que dio las bases metafísicas para que esa separación pueda tener el éxito que tuvo, pero se trata de un proceso que venía de antes, y que presenta un sinnúmero de posibilidades de análisis. Para un análisis académico inicial de la separación de la mente y el cuerpo en Descartes ver “El punto muerto cartesiano en la obra de Baruch Spinoza” en https://www.academia.edu/3187758/El_punto_muerto_cartesiano_en_la_obra_de_Baruch_Spinoza

[2] El trabajo musculo-esquelético-visceral es también un trabajo sobre la estructura de carácter de la persona. Es valioso encarar al mismo en función de dicha estructura, pues adquiere otro poder y relieve. Hay personas que precisan una estructura más fuerte para la vida y otros una más flexible. Esto en conjunción al trabajo postural puede traer resultados muy satisfactorios, siempre y cuando el facilitador esté formado y tenga la experiencia necesaria para aportar desde aquí.

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