Escribo estas líneas, para compartir con todo aquel que
sienta dentro de sí, cierto anhelo de no estar separado del resto de las cosas. Puede presentarse con una sensación vaga quizás, permanente o intermitente, intensa o suavecita, siempre
presente, o incluso olvidada en el fondo
del saco, de la cartera, como un “puede ser” que algo de eso se haya sentido, en algún lugar, en
algún momento.
Quizás observando el mar, contemplando las montañas, la naturaleza, o en un momento cualquiera, en
la calle, en la casa, o escuchando cierta música, uno siente un anhelo de
expansión. Algo se empieza a sentir, y uno no sabe bien qué es, ni de dónde viene. Quizás tan imperceptible como el ruido del océano desde la distancia. Y dan ganas de quedarse en silencio escuchando.
Lo llaman “la unidad”, “el recuerdo del
paraíso perdido”, pero es bien sabido por los
buscadores, que toda palabra no es más
que torpeza a la hora de expresar esa sensación, ese anhelo. Quizás un haiku, quizás poesía.
Muchos como yo, aún sienten vergüenza al hablar en público
de eso, muchas veces por razones muy válidas. Y cuando hablan, sienten que es
ridículo lo que se está haciendo, innecesario, eligiendo así siempre el silencio, el resguardo de lo
privado, el tranquilo placer del perfil bajo.
Pero entonces porqué escribir este texto. Bueno no se trata de mera necesidad de expresar.
¿Entonces qué? Simplemente me
hice una pregunta.
Imaginemos que estamos subiendo una montaña, algunos en
silencio, algunos en grupo, algunos con gurú, otros con alergia a los gurúes,
pero todos tratando de encontrar eso que buscan, esa sensación en el pecho, de
formar parte de algo más grande que sí mismos. La gotita que se da cuenta que
también es océano.
Imaginen que uno de los que sube esa montaña, teniendo en
cuenta, que hay muchas otras personas subiendo la montaña, se dice qué pasaría
si les escribo una carta, un review
al estilo Trip advisor a los otros
viajeros, contándoles mis experiencias, mis decepciones, mis esperanzas, mis
conclusiones. Todo impermanente, notas en el camino a otros buscadores, que
pueden ir dejando a la vez sus notas. Qué aprendí, dónde la pase bien, dónde la
pase mal, y qué recomiendo tener en cuenta para quien viaje por aquel camino, por algunos senderos por los que estuve transitando.
Qué pasaría si un montañista, después de pasar mucho tiempo
en las montañas, dijera, che tengan cuidado cuando vayan por la ladera norte
a tal altura, pues se van a encontrar con una muralla muy difícil de escalar.
A no ser que sean del tipo al que le gustan las murallas, vayan por la cara sur,
sobre todo en invierno que hay mucho viento.
Y qué pasaría si otros montañistas se animaran a contar también sus
experiencias. Bien, considero que se necesitan algunas reglas para un foro de esta clase. La primera es
que no se aceptan gurúes, sino que para mantener el espíritu de
horizontalidad: la comunicación ha de ser de viajero a viajero. Lo segundo es
que cada viajero, tenga claro que no se dan consejos sino que se cuentan experiencias.
Lo que se dice puede sonar como un consejo,
dado que es un estilo de escritura, pero no hay que olvidar que no son más que
recomendaciones, opiniones, porque de
última, todos somos distintos y cada uno tiene que hacer su experiencia.
Y por último, que haya un espíritu de camaradería entre viajeros.
Sé de comunidades que tienen ese espíritu. Por ejemplo los que navegan por mucho tiempo los mares del mundo en velero, se terminan conociendo, y apoyando.
Y por último, que haya un espíritu de camaradería entre viajeros.
Sé de comunidades que tienen ese espíritu. Por ejemplo los que navegan por mucho tiempo los mares del mundo en velero, se terminan conociendo, y apoyando.
Con ese espíritu, envío mi carta a otros viajeros, por si
para alguno o alguna de ellos llega a
ser de utilidad. Es un gesto simple pero
abierto de alpinista a alpinista.
En este espíritu pluralista, dejo abierto un foro para que otros viajeros dejen sus experiencias o comentarios del tipo que sea, si quiere. Se puede escribir abajo lo que se quiera en comentarios.
Bien cada semana pondré un ítem diferente, hoy será el
cuerpo, ahí va. Es innecesario decir que
no hace falta estar de acuerdo.
El cuerpo
Independientemente de cual sea el camino transpersonal que hayas
elegido, no te olvides del cuerpo. Es muy común separar lo espiritual de lo
corporal, pero cuando aprendes a incorporar el cuerpo, como una parte
importante de tu desarrollo, contarás con su sabiduría.
El tema del cuerpo y el espíritu, es particularmente
complejo- He dedicado gran parte de mi trabajo a abordarlo y me falta mucho aún
por comprender. Pero de todas formas cuando aprendemos a escuchar al cuerpo, todo es para mejor.
Ahora bien qué
significa escuchar e incorporar al cuerpo. Muchas cosas. Comentemos la
más simple. Las sensaciones se sienten en el cuerpo, un camino transpersonal
requiere aprender a sentirse, y se siente en el cuerpo.
Trabajar con el cuerpo implica también aprender a moverse,
cuando trabajamos los hábitos por los cuales nos movemos, y la manera en que
nos sostenemos contra la gravedad, cuando vamos transitando de un “soporte con
tensión”, a un “soporte sin tensión”
puede empezar a cambiar la forma en que nos relacionamos con el mundo.
Preparar el cuerpo para el camino espiritual, dejando que nos acompañe, es abrirse desde adentro al
misterio. Desde la intención del buscador, el cuerpo se vuelve también el
camino, no una cosa olvidada en los bosques del apuro.
Es lo más común encontrar religiones y caminos que no le dan importancia
al cuerpo, en la búsqueda que prosiguen. De hecho es la norma. Se habla del
cuerpo como el vehículo, el lugar del pecado que hay que controlar, o eso que
hay que olvidar, dejar atrás para dar lugar al espíritu.
Pero quiénes somos nosotros, y qué es el cuerpo, son preguntas que flotan en la atmósfera de las búsquedas de nuestro tiempo, y creo que es una oportunidad que así sea. Creo que son preguntas que hay que considerar, abriéndonos a nociones de cuerpo diferente a las predominantes.
El cuerpo como casa del ser, el cuerpo como ser, el cuerpo
como existencia, algunas posibilidades a desarrollar, algunas direcciones
a considerar para la búsqueda. Pero de todas maneras, creo que incluir al
cuerpo en la búsqueda no hace más que enriquecerla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario